jueves, 29 de noviembre de 2007

Un acercamiento a Adam Smith y a su construcción económica de la sociedad capitalista.

Introducción.

En este blog, creado por Nuria, intentaré acercarme a la vida y pensamiento del filosofo economista y escritor, Adam Smith, basándonos en un estudio realizado por Manuel Montalvo sobre una de sus obras más importantes: “La riqueza de las naciones”. De esto modo espero que puedan entender la visión de la sociedad que Adam Smith dejó sobre la época en la que vivió, así como el funcionamiento económico que hacia progresar dicha sociedad. También apreciaran la importancia de las ideas innovadoras de este autor, ideas que por otro lado considero que son básicas en nuestro actual pensamiento económico, y con las que creó que todos estamos familiarizados. Invitó a todos a que lo verifiquen y comenten tras la lectura del blog.


Biografía.

Mientras en 1723 se firmaba el tratado de paz entre España y Austria, en Kirkcaldy, costa oeste de Escocia, nacía Adam Smith. Bautizado el cinco de junio de este mismo año y registrado como hijo póstumo de Adam Smith, funcionario de la Corte Marcial y Controlador de Aduanas, y de Margaret Douglas.

Con sólo catorce años se matricula en la Universidad de Glasglow, después de haber cursados los estudios básicos en su ciudad natal. Recibirá entonces el magisterio de Francis Hutcheson, miembro de la Escuela Escocesa, y uno de los fundadores de la Ilustración Escocesa. Cuando, en 1740, se inicia la guerra entre España e Inglaterra, Adam Smith ingresa en la Universidad de Oxford, donde se percatará del ambiente anti-escocés de la Universidad y donde aprenderá profundamente sobre literatura inglesa y francesa.

Sus amigos Lord Kames y James Oswald of Dunnikier, entre otros, le invitarán a dar unas conferencias públicas sobre retórica y bellas letras en Edimburgo, y gracias a estas y a la magnifica reputación conseguida con ellas, Adam Smith logra en 1751 ocupar la Cátedra de Lógica de la Universidad de Glasglow.

Unos años más tarde las lecturas realizadas desde la cátedra de Moral son ampliadas y publicadas bajo el título: “Considerations Concerning the firts Formation of Lengauge”, que serán más tarde reeditadas dentro del libro de la “Teoría de los sentimientos morales”, que se publica en 1759, con dicha obra se ganó la fama ya que gozó del beneplácito del público. Alcanzó tanta fama que su amigo Hume le advirtió sobre la misma con la siguiente frase:
Suponiendo, por tanto, que estás debidamente preparado para lo peor de estas reflexiones, procedo a decirte tristes noticias, pues tu libro ha sido muy desafortunado, ya que el público parece dispuesto a aplaudirlo extremadamente” (corresponde a la carta fechada del 12 del 4 de 1759, según el autor Manuel Montalvo, Adam Smith (1723-1790), página 9, ediciones del Orto, 1997).
Esta obra se llegó a editar hasta en cuatro ocasiones durante la vida del escritor, algo ciertamente inusual en su época.

En torno al año 1764 renuncia a su cátedra debido a que ocupa un nuevo puesto de trabajo que le reportará más de 300 libras anuales para el resto de su vida, y gracias al cual viajará por Europa. Su nuevo oficio fue ser el tutor del joven Duque de Buccleuch, cuya madre, la condesa de Dalkeit, una vez viuda había contraído matrimonio con el protector de Adam Smith, Charles Townhend. Ser tutor del joven hará que se traslade a Francia, donde permanecerá por dos años, en los que en Génova, conocerá a Voltaire, del cual llegó a afirmar: “El más universal genio que quizá que Francia jamás haya dado”.
Su buena fama, contrarrestada por su amigo Hume, le permitió entrar en los salones de París, donde conocerá a importantes personajes como D` Alambert, Holbach, Quesnay y Mirabeau, estos dos últimos son los fundadores de la fisiocracia, cuyas ideas influirán en el desarrollo del pensamiento del escritor.

En 1767 regresa a su tierra natal, donde llevará a cabo un importante estudio que le llevará más de seis años, y que tendrán como resultado una de sus obras más importantes: “La riqueza de las naciones”, obra que su publica en 1776 y de la que Adam Smith verá hasta cuatro ediciones. Es en este mismo año cuando Inglaterra pierde a uno de sus mayores pensadores y Adam Smith a uno de sus mejores amigos, David Hume.

En 1778, el duque de Buccleuch le nombra Comisario de Aduanas, por lo que recibirá unas 600 libras anuales que se añaden a las 300 que ya recibe por ser el tutor del duque.
El 17 de junio de 1790 Adam Smith fallece en Edimburgo.



Obras de Adam Smith: “La riqueza de las naciones”.

1. Ideas básicas del pensamiento económico.

Las obras de Adam Smith están claramente influenciadas por el pensamiento de los fisiócratas, de los que Smith asume diversas ideas básicas para desarrollar su propio pensamiento.
Para Adam Smith las relaciones de dependencia que surgen entre seres humanos que viven en común, cuando se sitúan en el terreno de la riqueza, se convierten en relaciones objetivadas en las leyes de mercado en unos individuos que ofrecen un bien y otros lo requieren y en donde nadie depende de nadie, sino del propio mercado. Esto es un hecho normal en las relaciones comerciales:

“ Cada comerciante o manufacturero deriva su supervivencia de la relación no con uno sino con cientos o miles de clientes diferentes. Aunque en alguna medida está obligado a todos ellos, no depende de ninguno de ellos.” (La riqueza de las naciones, III, iv, 12).

Destaca en el pensamiento económico de Smith el abandono de las ideas filosóficas, para ser sustituidas por conceptos puramente económicos, que a falta de otras ventajas tienen un mayor contenido empírico, un referente más o menos cercano a la realidad, ya que aluden a la supervivencia y tratan de hallar las razones que promueven el progreso.

En la obra “La riqueza de las naciones” Smith presenta a un trabajador con la humildad que le corresponde al salario, a un propietario con la solemnidad y lujo que le corresponde a la propiedad de la tierra, y a u manufacturero con el decoro y la dignidad que da la razón productiva del beneficio.
Adam Smith tratará, en sus obras, de entender el funcionamiento del ser humano, las relaciones entre sí y le modo en que le afectan las legitimidades, en el caso de la economía las legitimidades en el mercado.

Para los fisiócratas la idea básica reside en la red de intercambios que se forma en le mercado y que viene determinada por ciertas leyes económicas que escapan a la voluntad del hombre, y que a su ves gobiernan la forma y el desarrollo del orden económico y que son el fundamente del orden social en su totalidad, siendo estos ordenes vacíos sino se establece el origen de la riqueza. Para los creadores de esta corriente del pensamiento, el origen de la riqueza no puede ser otro que la Agricultura, pero para Adam Smith, que sigue esta corriente de pensamiento, el origen de la riqueza es el trabajo, por lo que convierte la metáfora del cuerpo humano en la metáfora de la máquina.

2. La división del trabajo.

El escritor considera que todo trabajo es fuente de energía, y no ha de ser diferente en el proceso económico, donde todo trabajo aplicado, ya sea a las labores agrícolas o las manufacturas, se convierte en mayor producción. El trabajo para Smith es una fuerza, algo diferente a la fuerza que aplicada a un cuerpo origina el movimiento de ese cuerpo, pues, aplicada a una labor o industria, crea riqueza.

Conforme el trabajo se divide, las tareas se diversifican en la producción de un bien, y la producción crece sin más límite o frontera que la extensión del mercado. Dicho proceso no admite ninguna clase de especialidad, se da en todas las ramificaciones productivas, para todos los bienes y producciones, y afecta a toda la sociedad en su conjunto. Una consecuencia de dicha división de trabajo es la necesidad de más maquinaria, lo que a se vez supone una mayor cantidad de capital para invertir en dicha maquinaria.

Para que esta división del trabajo sea posible deben reunirse dos factores:
- La cantidad suficiente de población: idea que Adam Smith no considera totalmente necesaria para la división del trabajo. Esto se vio favorecido por el abandono del campo, por aquellas personas desposeídas de tierras, para trasladarse a la ciudad haciéndolas crecer, y creando una mayor mano de obra a ocuparse en las industrias manufactureras para su propia supervivencia, así como implicaba una necesidad de producir más para cubrir las necesidades de estos nuevos habitantes.
- Extensión del mercado.

3. El mercado.

La extensión del mercado si podía suponer una limitación importante, debido y según Smith a que la ampliación de una sociedad capitalista no podía producirse si no existía una demanda capaz de absorber una producción de bienes crecientes.

El problema que se plantea aquí es tan simple como que en esta época no existía el mercado como tal, como lo conocemos hoy en día. En el período de tiempo que vivió el economista Adam Smith, el mercado se correspondía con una economía autosuficiente, con una oferta y una demanda ocasionales y limitadas a unos eventuales excedentes y que se entiende en una sociedad en transición, de una época feudal a una época moderna; la idea de mercado capitalista no existe como tal. Por que lo que se puede decir que se habla de una entidad física (mercado limitado) y de una metafísica (mercado capitalista), Adam Smith sustituye uno por otro, y para asentar su idea de mercado dota al hombre de una especie de ánima mercantil, es decir, el hombre se despoja de sus sentimientos de benevolencia, de amor, para ser un simple hombre comerciante, cuya única actividad relevante para la sociedad en la que vive es vender y comprar estimulado por el ánimo de lucro.

Lo que en realidad pretendía el escritor era hacer depender la división del trabajo de la ánima mercantil del hombre, de la necesidad humana de cambiar se deriva la división del trabajo, el aumento de la producción y el progreso de la sociedad, a través de justificaciones históricas que además de no corresponderse con la realidad, son inexistentes. Consciente de esto Adam Smith, tiene que afirmar que el hombre se mueve por sus propios interés, es por lo tanto un ser egoísta:

No es la benevolencia del carnicero, el cervecero o el panadero de la que esperamos nuestra cena, sino del cuidado que ponen en su propio interés. No nos dirigimos hacia su humanidad sino hacia su egoísmo, jamás le hablamos de nuestras necesidades sino de sus ventajas.”

La división del trabajo cabe señalar (veáse Manuel Montalvo, idem, página 37) que se hace atendiendo a factores biológicos y etnológicos, en el primer caso entran en juego el sexo (determinante para establecer la diferenciación de las tareas económicas y de las funciones sociales) y la edad (relacionada con el vigor y la fuerza de un segmento concreto de la población), y en el segundo cabe destacar que hay una pequeña minoría que se ha encargado de controlar y de gobernar, encargándose el resto de la población de las actividades productivas más arriesgadas.

En cuanto a la máxima del lucro a través del intercambio de bienes, no puede decirse que haya sido una postura hegemónica, sino que más bien a existido lo que se conoce como gift excahnge (veáse Manuel Montalvo, idem, página 38), y que consiste con entregar algo a cambio de la promesa de recibir algún otro bien, que no tenía porque tener un valor equivalente.

4. La teoría del valor.

Para que los bienes puedan negociarse en el mercado, es necesario que tengan valor, una dimensión objetiva que forme parte de todos los bienes, y que pueda ser medibel. Del mismo modo que la producción tiene un valor, o al menos ha de tenerlo, el proceso productivo también, es decir, el trabajo tiene que tener un valor asignado. Este hecho es conocido como teoría del valor trabajo.

Adam Smith desarrollará su teoría basándose en las ideas materialistas, recurriendo a la historia para demostrar que la teoría del valor trabajo, se encontraba ya vigente en los primeros vestigios de la sociedad., poniendo como ejemplo a las sociedades cazadoras, en las que el intercambio de presas se hacía según el trabajo que hubiera costado abatirlas.

“Si generalmente matar un castor cuesta el doble de trabajo que un ciervo, un castor debería naturalmente cambiarse o ser valorado por dos ciervos.”

“En el estado avanzado de la sociedad estas compensaciones por esfuerzo y destreza se hallan comúnmente incorporadas en los salarios del trabajo, y algo similar tuvo probablemente lugar en su estado más primitivo.”


La complejidad ideológica surgida de la teoría del valor trabajo reside en que por primera vez en el pensamiento se reconocía que el valor de la producción social procedía de los trabajadores, de sus esfuerzos, del trabajo de sus propias manos, y se afirmaba mediante un lenguaje y una ciencia, que nada tenían que ver con ideales religiosos o bien intencionados, que pertenecía a la nueva sociedad.

Esta idea, originaria de Adam Smith en su totalidad, se manifestaba claramente contraria a los interés de la burguesía y podía llegar a ser interpretada como los principios de un posible pensamiento revolucionario, por lo que pronto está teoría del valor trabajo se consideró falsa y socialmente peligrosa, atacando a todos aquellos que tras Adam Smith la asumieron como coherente y racional, y que por su puesto será asumida más adelante por anarquistas, socialistas utópicos y marxistas para atacar a las sociedades puramente capitalistas. Pese a todo es una idea que históricamente carece de fundamentos, puesto que no consta ni hay medios suficientes para comprobar que esto fuera así, lo que permite situar la idea de Smith como pionera de la estructura social y económica, así como del pensamiento de nuestros días.

Teniendo todo esto en cuenta podemos decir que esta teoría implantada y creada por Adam Smith, además de ser una idea original, creativa y lejos de la influencia de otras vertientes del pensamiento, es una idea revolucionaria.

5. El mecanismo productivo.

El modelo de funcionamiento productivo sigue las siguientes fases:
- Producción.
- Distribución.
- Cambio.
- Consumo.

A Adam Smith, como a todos los autores clásicos, solo le interesan las tres fases primeras, ya que el consumo es un hecho pasivo que carece de relevancia social, idea totalmente contraria al pensamiento actual en el que el consumo es de suma importancia para poder llevar a cabo la producción, y por supuesto la distribución y el cambio.


Para los economistas clásicos, como Adam Smith, el verdadero impulso que hace mover la sociedad se encuentra ante todo en la producción, siendo esta la fase más importante, a la cual la sigue la distribución en la que cada individuo recibe una parte de lo producido de acuerdo con la propiedad que ha invertido en el proceso productivo, y por último la fase del cambio en la que se reparte los bienes de acuerdo a las necesidades de demanda y a las individuales.

Debido a esto se han de jerarquizar los recursos productivos, siendo el más importante para Adam Smith, el trabajo, una propiedad de trabajo que se ve sometida a los comerciantes, manufactureros y arrendatarios de tierras. Ante esta situación y para que la producción y el trabajo en sí mismo no se vea tan afectado por lo anteriormente fijado, Adam Smith crea la idea de un salario mínimo para la supervivencia de estos trabajadores que se ven sometidos a las necesidades de mercado, y para que a la vez, siempre haya una mínima producción aunque está no sea requerida por las necesidades de mercado. Carlos Marx (R. Fiorito, División del trabajo y teoría del valor: una lectura marxista de Adam Smith, Comunicación, serie B, 1971), refleja en líneas generales la idea que Adan Smith quiere hacernos llegar:

La sociedad actual presenta justamente la paradójica demanda de que haya de sufrir abstinencia aquél para quien el intercambio es un medio de subsistencia, y no aquél para quien es un medio de enriquecimiento. . .”

La idea básica que plantea aquí Smith es la siguiente: que al venir formulada la sociedad desde el mercado, el desarrollo social dependerá de la extensión del mercado, que a su vez condiciona la división del trabajo. La extensión del mercado depende de los comerciantes, manufactureros y arrendatarios de la tierra, que a su vez se encargan de la contratación de trabajadores.

Destaca Smith, como conclusión final a dichas apreciaciones, que los intereses de estos manufactureros, comerciantes y arrendatarios no coinciden con los intereses generales de la sociedad en su conjunto más amplio.
Por lo tanto el interés de estos no puede ser otro que la máxima ganancia, lo que no pueden conseguir si la producción no aumenta y sino se rompen las limitaciones del mercado en el que se movían. Hay que señalar que estos planes de ampliación del mercado no entran en juego para los capitalistas, que lo único que tratan es de obtener un beneficio lo más alto posible, sin importarles los intereses de la sociedad, prueba de ello es que tratan de evadirse de aquellas leyes de competencia económica que les otorgan y les limitan a un beneficio mínimo, y para ello intentaban que el precio de venta fuera impuesto por su propio poder para así alcanzar sus interés.

Para Adam Smith poner un precio superior al que de verdad debería de ser, equivale a establecer un impuesto sobre la comunidad, para hacer que todos fueran iguales en el mercado.

Una vez establecido el orden social, le compete a Adam Smith establecer las funciones básicas del Gobierno Civil, para finalizar y rematar sus escritos.
El Gobierno Civil debe ante todo defender los derechos de propiedad, y la libertad de disposición de la misma. Además debe establecer para salvaguardar este derecho de propiedad unas rúbricas de gasto público muy concretas.
El gasto público debe incluir:
- La defensa del orden interno y externo: son los únicos gastos que pueden ser financiados por una imposición puesto que se refieren a la defensa de la sociedad y a la dignidad del soberano.
- Gastos de justicia: pueden ser pagados por particulares.
- Gastos de expansión del mercado: pueden ser pagados por particulares.
- Gastos de educación e instrucción religiosa: pueden ser pagados por particulares.

De esta forma Smith frena la idea de en Estado mínimo y liberal a la realidad de un Estado que sin cortapisa alguna impone impuestos y gasta en sustitución de una sociedad que carece de las facultades necesarias para ser libre.
Esta idea de Estado liberal de Smith es una nueva filosofía de Estado, consecuente con la nueva sociedad que no requiere sino de sus propios impulsos para progresar.

Conclusión de la obra de Adam Smith.

“ La riqueza de las naciones” se caracteriza por ser la primera obra en la que un filosófo formula la sociedad de una forma tan precisa y penetrante, además formula a la sociedad burguesa desde un lenguaje empleado por vez primera y que hace que la obra de Adam Smith se sitúe como relevante para la historia de las ideas y por supuesto para el pensamiento económico, creando a su vez una nueva discinplina conocida como Economía Política en la que ambas doctrinas se intercalan motivadas por una fuerte interdependencia.

El papel del pensamiento de Adam Smith es central tanto de la constitución de la economía política como en la formación de la concepción de la burguesía en su fase revolucionaria. A partir de su lectura se llega a una clarificación de la naturaleza del capitalismo en su papel histórico y a la necesidad de su liquidación (veáse, R. Fiorito, idem).

No hay comentarios: